Por: Manuel Hernández-Samperio.
En el mundo, las desigualdaddes sociales han provocado los grandes movimientos migratorios, desembocando con ello, en crisis que han afectado tanto a los países receptores como en los emisores. Pero el asunto no termina con llegar a un nuevo lugar, sino también incluye un choque cultural y una posterior adaptación a la nueva sociedad. Fátima de Philippe Faucon es un pequeño ejemplo de todos los migrantes que queriendo o no han permanecido y encontrado una nueva vida en un lugar diferente al que nacieron.
Fátima (Soria Zeroual) es una migrante árabe que vive en Francia acompañada por sus dos hijas: Souad (Kenza Noah Aïche) y Nesrine (Zita Hanrot), de 15 y 18 años respectivamente. Ambas nacieron en este país y son estudiantes. Nesrine ha comenzado a estudiar medicina, por lo que tendrá que independizarse un poco; Souad, por su parte quien aun vive al cuidado de su madre atraviesa por una etapa de rebeldia lo cual se verá reflejado en algunos problemas en la escuela y a nivel social.
Fátima (Soria Zeroual) es una migrante árabe que vive en Francia acompañada por sus dos hijas: Souad (Kenza Noah Aïche) y Nesrine (Zita Hanrot), de 15 y 18 años respectivamente. Ambas nacieron en este país y son estudiantes. Nesrine ha comenzado a estudiar medicina, por lo que tendrá que independizarse un poco; Souad, por su parte quien aun vive al cuidado de su madre atraviesa por una etapa de rebeldia lo cual se verá reflejado en algunos problemas en la escuela y a nivel social.

El filme de Faucon nos presenta una historia que sin duda alguna se repite una y otra vez en las sociedades en donde existen migrantes: los padres que han llegado buscando un futuro mejor, con el paso de los años van haciendo una vida en el lugar que les abrió las puertas y con ello llegan los hijos, a quienes no dejarán sufrir lo que ellos padecieron en su momento. Esta historia apoyada por los poemas de Fátima Elayoubi.

Hablamos ya de la situación de los actores, Fátima, interpretada por Soria Zeroual tiene grandes contrastes, no es una actriz profesional, por lo cual en los momentos en donde es necesario que su personaje explote no se logra llevar hasta el punto deseado (esto reforzado con una edición que en su torpeza hace más notoria esta situación), pero por otro lado en el papel de una migrante con dificultades para hablar en francés es donde se justifica que se haya utilizado, pues es de alguna forma, su entorno natural. Las otras actuaciones terminan por ser buenas; aunque tampoco se puede decir que se les exige sea destacadas o memorables, cumplen con lo requerido.

En general, la historia narrada en Fátima nos evidencia la problemática por la que atraviesa buena parte de la población en el mundo; es una historia que se alimenta en buena medida de la realidad, razón por la cual se hacen evidentes algunos problemas que enfrentan las sociedades que reciben a estos migrantes. A pesar de los problemas que presenta dentro de la trama y la forma en que es contada, seguramente el espectador encontrará reflejada en ella alguna historia que le sea conocida, por lo cual será fácil engancharse con ella, revelando que en el mundo hay miles de Fátimas.
Fátima, Phillipe Faucon, Francia, 2015, 78 min. Con: Soria Zeroual, Zita Hanrot, Kenza Noah, et. al.
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