Por: Manuel Hernández-Samperio
En 1982, Guatemala enfrentaría cambios en la forma del gobierno que tenían. Del mismo modo en que había ocurrido durante la década anterior en varios países de Latinoamérica, los militares habían
orquestado un golpe de estado tomando la presidencia y con ellos el
control sobre la población. Los actos de resistencia no se hicieron
esperar, pero llegaron acompañados de la respuesta de las autoridades,
la cual aparentemente no fue la más amistosa, 21 años después se lograría llevar a juicio a José Efraín Ríos Montt, quien fuera el presidente durante el nuevo régimen. El buen cristiano nos llevará a ser testigos de este proceso penal.
Todo inicia con una declaración al pueblo guatemalteco: "dirigir al país con la bendición de Dios
y consagrarlo todo a él", es Ríos Montt cuando tomó el poder del país,
rodeado de otros militares, quienes además de encomendar sus acciones a
Dios se propondrían generar identidad entre la gente guatemalteca. Conforme el documental avanza veremos no sólo al personaje que está siendo enjuiciado,
sino también a gente cercana en su gestión, a los abogados defensores y
su papel dentro del caso. Y, por otro lado, encontraremos testimonios contrastantes a lo que han manejado como la "historia oficial", para finalmente llegar a una resolución dada por los jueces.
El
documental en cuestión retoma de manera interesante una de las partes
mas dolorosas en la historia de los pueblos latinoamericanos: la
instauración de las dictaduras militares. No se entretiene en tratar de
demostrar ninguna de las dos tesis, sino de contrastarlas. Por un lado
tenemos a un Ríos Montt
que pretende formar una imagen como un creyente en dios que sería
incapaz de lastimar a su prójimo, por otro escuchamos narraciones
venidas de personajes indígenas que irán haciendo dudar al espectador
sobre lo que conoce o se le ha presentado previamente, motivando que
cada quien vaya formándose una opinión respecto a la situación.
Por
otro lado, el documental se apoya en buena medida en imágenes de
archivo, en donde se refleja una amplia investigación respecto al caso,
pues se presentan momentos muy específicos dentro de la memoria de los
entrevistados o lo que va siendo nombrado en el juicio. De esta forma,
se le van dando al espectador detalles que difícilmente encontrará en
los libros de historia, sobre sucesos y reacciones de ciertos momentos
que debieron cambiar la historia de este país.
Otro
de los elementos a destacar son las entrevistas con diferentes
protagonistas de lo sucedido, que termina por reforzar la idea antes
planteada de buscar testimonios de los dos bandos, lo cual enriquece y
apoya las tesis que van apareciendo conforme avanza la historia.
El montaje es interesante, dando una alternancia entre los momentos del juicio con otros testimonios recabados, lo cual provoca que no sea un trabajo cansado o difícil de ver. Sin embargo, puede reprocharse que por momentos el documental se vuelve demasiado técnico, pues en busca de dejar lo más
claro posible la forma en que funcionan las leyes guatemaltecas para
quienes no están muy familiarizados con ellas, se caen en ciertos términos legales que vuelven un poco difícil la comprensión
del proceso. Del mismo modo, hay momentos en donde se está dentro de
los juzgados y da la impresión de que son tomas que se alargan
demasiado, cayendo en la reiteración de información.
Por
último, la continua presencia de Dios, llevará a la reflexión derivada
desde la Edad Media, en donde la gente hacía guerras en el nombre de su
religión, guiados por sus dioses y en su nombre se autorizaban matanzas o
se desarrollaban organismos como la Inquisición que se encargaban de
terminar con todo aquél que se negara a creer en él. Es cierto, en el
caso guatemalteco no se buscaba generar que todos fueran de la misma
religión, pero sí se habla de dejar que dios guíe la forma en que se
gobernaba, la cual devino en diferentes desapariciones y muertes para
todos aquellos que no estuvieran de acuerdo, lo cual nos lleva, de
nuevo, a la intolerancia.
El buen cristiano es una investigación interesante respecto a un proceso por el que ha pasado Guatemala en los últimos tiempo, sin duda, vienen a ser (una
vez más) un ejemplo para otras sociedades, en donde lejos de enjuiciar a
expresidentes se los encubre con recursos como el fuero, a pesar de que
han cometido crímenes de la misma o mayor magnitud. Con todo y sus
detalles, es una documental que merece ser visto pues todo lo
recolectado a lo largo de la investigación no dejará indiferente al
espectador respecto a este tipo de situaciones e historia reciente de
Latinoamérica.
El buen crsitiano, Isabel Acevedo, México, 2016, 120 mins.
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