Por: Masiel Rico Landa.
Los baños públicos de la ciudad de México tuvieron un auge importante en sus inicios, algunos incluso adquirieron una amplia fama gracias a las visitas constantes de algunas personalidades reconocidas, sin embargo, con el paso del tiempo, la costumbre de visitar estos lugares ha disminuido considerablemente, al punto de considerar que están casi extintos.
A pesar de ello, aquellos que permanecen activos hoy en día, aún guardan interesantes historias y algunas de ellas dieron paso a Baño de vida. Escrito y dirigido por Dalia R. Reyes, este documental muestra a lo largo de sus 67 minutos de duración, el ambiente que se vive en estos lugares pero sobre todo, las historias que hay tras la gente que suele visitarlos.
A través de sus tres personajes principales, Felipe, Juana y Jose, esta producción mexicana permite conocer el ritual que implica un baño de vapor en estos lugares comunes pero llenos de tradición, y al tiempo, nos guía por el presente y pasado de estas personas que comparten con la audiencia sus pesares y formas de ver la vida.
Con un inicio muy contemplativo, el filme parece lento pero consigue un mejor ritmo conforme avanza la trama, especialmente al mostrar la vida de los personajes pues va adentrando a la audiencia en cada una de sus historias.
La fotografía cuenta con buenos momentos que permiten al público conocer el ambiente de los baños públicos y que también sensibilizan a la audiencia con respecto a la narrativa y sus personajes.
Por su parte, la construcción narrativa guía poco a poco en el conocimiento de los personajes, sus historias, vivencias y sentimientos, transmitiendo incluso esa idea de que la ducha sirve en muchas ocasiones, como espacio para reflexionar y relajarse.
Finalmente, la participación de la cámara en el ritual del baño es probablemente el elemento más sobresaliente del documental y es que si bien su presencia es sutil casi en todo momento, consigue de manera muy efectiva mostrar a la audiencia esa intimidad que solemos relacionar con el baño pero en un contexto tan natural que incluso genera mayor cercanía entre los personajes y el espectador.
Así, Baño de vida retoma estos lugares que, a pesar de estar por desaparecer, continúan siendo un lugar de interesantes historias entre sus visitantes y con ello permite a muchos tener buenos recuerdos o bien, conocer un poco más sobre una famosa costumbre de hace algunos ayeres.
Baño de vida, Dalia R. Reyes, México, 2016, 67 min.
No hay comentarios:
Publicar un comentario