Por: Manuel Hernández-Samperio.
Cuando una relación amorosa comienza a tomar rumbo y seriedad, sin duda uno de los momentos que pueden causar más miedo es cuando se conoce a los padres de la pareja, aunque conforme se han ido modificando las familias y las relaciones, cada vez es más común que ya no sólo se conozca a los padres de la pareja, sino también a los hijos, quienes prodían llegar a ser la máxima prueba para una relación, de aquí parte Lolo, el hijo de mi novia de Julie Delpy.
Violette, interpretada por la misma Julie Delpy, es una mujer parisina metida en el mundo de la moda que está a punto de llegar a los 45, lleva separada varios años y todos los intentos por tener una nueva relación han terminado mal, cuando está de vacaciones en Biarritz conoce a Jean-René (Dany Boon), un hombre del lugar con mal gusto para vestir y un poco torpe que tiene en planes mudarse a París.
Tras un encuentro "de una noche", deciden pasar más tiempo juntos y esperar a que su relación se formalice cuando Jean-René se mude a París, lugar en donde conocerá a Lolo (Vincent Lacoste), quien no está del todo convencido con la idea de compartir a su madre, más aún con alguien que considera tonto.
Lolo, el hijo de mi novia es una comedia que realiza una re-interpretación de las teorías freudianas, específicamente al tan cuestionado "complejo de Edipo", en donde un hijo se resiste a dejar a su madre, convirtiéndose para sus fines en una especie de psicótico-obsesivo, encargado de hacerle la vida de cuadritos a quienes osen pretenderla.
El guión de esta cinta, que busca ser cómica tiene algunas deficiencias pues plantea ciertas situaciones que rozan el plano de la farsa (cómo género dramático) pero que en su exageración llevan la penitencia, pues se llega a ellas de una manera que se siente forzada, lo cual le quita cierta verosimilitud.
Ahora bien, también debe decirse que dentro de esa exageración hay una escena muy bien lograda, la cual probablemente quedará en la memoria de los espectadores. Sin embargo, no es suficiente para justificar el resto de las escenas donde se exageran algunos asuntos. Otra cuestión que juega en contra es que tiene un final un tanto predecible si se apunta que se trata de una comedia romántica.
Las actuaciones son buenas, Delpy hace un buen papel y se amalgama de buena forma con Dany Boon, creando una pareja con altibajos en la relación. Lolo, encarnado pon Lacoste también realiza un buen trabajo en su personaje desenfadado y creador de problemas.
Los aspectos técnicos está bien ejecutados, la iluminación y edición trabajan para que la historia se cuente, es decir, no tienen un peso específico o una intención más allá de de la de ayudar a que la trama legue a buen fin.
En general Lolo, el hijo de mi novia es una cinta que cumple con el objetivo de divertir, con algunos chispazos que recuerdan a otras cintas que han retomado la temática de la psicología, pero que por algunos momentos se vuelve un poco predecible y exagerada, retrata en buena forma los miedos de las mujeres maduras (¿acaso es coincidencia que Delpy tenga una edad parecida a su personaje?) ante la soledad, pero sin ahondar en este tipo de situaciones.
Lolo, el hijo de mi novia, Julie Delpy, Francia, 2015, 100 min. Con: Julie Delpy, Dany Boon, Vincent Lacoste, et. al.
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