domingo, 11 de septiembre de 2016

La estudiante y el señor Henri. Encontrar familia donde menos lo pensabas.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

La familia es uno de los soportes más importantes para el ser humano. La familia, para estos fines y sin caer en debates de cómo debe estar conformada, son todos aquellos que rodean a una persona y le demuestran su amor incondicional y su apoyo. La estudiante y el señor Henri,  bien pueden ser un ejemplo de la tesis que proponemos.

Constance es una joven distraída que se ha puesto como meta lograr concluir una carrera universitaria, sin embargo, su incapacidad para concentrarse en los exámenes hace que su padre no crea en ella. Contra todo buscará moverse a París, en donde después de un arduo proceso de selección logra ser aceptada en la escuela, para ello necesitará rentar una habitación en la casa del señor Henri, un viejo gruñón que odia socializar, pero debido a su edad su familia cree que necesita de alguna compañía por lo cual aceptan a Constance.

Tras algunos difíciles encuentros y cuando Henri se da cuenta de que Constance no puede pagarle la renta, decidirá convencerla para que le ayude a concretar un plan en contra de su hijo, al mismo tiempo que se van conociendo y desarrollarán una relación en donde pronto uno necesitará del otro y viceversa.

La historia presente está bien enfocada hacia el plano emotivo de las personas, presentándonos personajes que por la forma en que están estructurados tienen la capacidad de conectar con el espectador, volviéndose entrañables. Tanto Henri como Constance lo logran, una con sus descuidos y cuando se ve obligada a cumplir un reto y Henri porque detrás de la coraza de viejo gruñón se esconde un hombre de buenos sentimientos que ha puesto barreras derivado del dolor que ha enfrentado en la vida.

La construcción de estos personajes deriva en un guión que por sus situaciones  puede volverse predecible, pero que tiene algunos giros interesantes acompañado de momentos de comedia que van haciendo llevadero el camino para llegar hacia el final.

Lo anterior se complementa en buena medida con las actuaciones, especialmente la de Claude Basseur, quien encarna a un viejo con poca paciencia y al que le cuesta mucho trabajo revelar y compartir sus sentimientos, en los acercamientos a su personaje, tiene un cambio que se va evidenciando en su actuación. En contraste Noémi Schmidt refleja un poco su novatez, ya que aunque hace un papel aceptable, no logra transmitir toda la gama de sensaciones que experimenta su personaje. El resto del reparto hace un buen trabajo, el hijo timorato y su esposa distraída le dan buenos momentos a la cinta.

El resto de los elementos están bien empleados sin llegar a ser destacables, tanto dirección de cámara como edición hacen un buen trabajo, la fotografía empleada en algunos momentos está bien llevada, pero en general se trabaja para llevar a buen término la historia.

La estudiante y el señor Henri es una cinta que busca generar un mensaje sobre encontrar el valor para hacer las cosas y la posibilidad de encontrar una familia en la persona que parece menos indicada. Si bien la historia que nos cuenta es predecible en la mayor parte de sus momentos, tiene buenas maneras de llegar a ella valiéndose de situaciones y actuaciones que se amalgaman de buena forma.

La estudiante y el señor Henri, Ivan Calbérac, Francia, 2015, 98 min. Con: Claude Brasseur, Guillaume De Tonquédec, Noémie Schmidt, et. al.


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