martes, 19 de julio de 2016

Paz para nosotros en nuestros sueños o cómo salir de una crisis.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

Un hombre viudo (Sharunas Bartas), su hija (Ina Marija Bartait) y su nueva pareja (Lora Kmieliauskait)  se encuentran, cada uno por su lado, con sus vidas en crisis. Viajan a una casa de campo. La poca interacción entre ellos podría llevarlos a dos caminos distintos, o las distancias se hacen más profundas o, por fin, se deciden por hablar y buscar una salida a los problemas de cada quien.

Al tiempo que buscan encontrar un sentido a sus vidas, interactúan de manera tímida con los pobladores del lugar al que llegaron, ahí se dan cuenta de que las crisis no son exclusivas de ellos y más gente tampoco sabe cómo manejar su interacción con el entorno. Estas relaciones llevarán a momentos de crisis mayores que podrían tener consecuencias mayores para ellos.

Iniciaremos por decir que Paz para nosotros en nuestros sueños no es una cinta fácil de ver, el espectador no encontrará una historia llena de acción derivada por peleas consecuencia de las crisis que atraviesan los personajes, por el contrario, Sharunas Bartas el director propone a quienes vean la cinta que se sumerjan en un mundo en donde las cosas se van desarrollando poco a poco y en donde esas crisis se van haciendo evidentes gracias al silencio que guarda cada uno de los personajes, de esta forma, las brechas se agrandan y en ocasiones las veces en que un personaje intenta entablar una conversación pareciera que se encuentra interpretando un soliloquio por no recibir respuestas.

Estos silencios logran envolver al espectador en la inmensidad del lugar donde se desarrolla la acción, puede asegurarse que quien observa nunca estará lo suficientemente familiarizado con el lugar para conocer el camino a casa, probable metáfora de la situación atravesada por los personajes, quienes, como muertos vivientes, parecen andar sin rumbo.

El guión nos presenta personajes taciturnos: el hombre viudo que no puede entablar conversación con su hija, su pareja violinista que se siente incomprendida, pero es la interacción que tienen con los habitantes locales, un joven introvertido y una señora que sufre de maltrato, las que llevarán a las acciones con consecuencias mayores. Hay una estructura lineal y sin embargo, el director juega a dejar intersticios para la reflexión, para que el espectador complete la sensaciones o infiera los problemas que atraviesan los personajes a través de los silencios o sonidos ambientales del bosque que funge como escenario. Hacia el final hay situaciones que se resuelven de manera abrupta contrastando con el ritmo planteado durante el resto del filme, profundizando más esa atmósfera al borde de una crisis.

La iluminación está realizada, en su mayoría, con luz natural, en las escenas exteriores sólo se acompaña a los personajes en su deambular, mientras en las interiores se nota una manipulación mayor que logra llevar a momentos más íntimos es en ellos en donde se desarrollan los diálogos, cargados también de ciertas reflexiones sobre los rumbos infinitos que pueden tomar las vidas de las personas.

Paz para nosotros en nuestros sueños es una película de gran densidad y cargada de un buen sentido filosófico, es cierto, requiere de paciencia, pero si el espectador se sumerge dentro de las instrospecciones que realizan los personajes, podrá adentrarse en las crisis que atraviesan y encontrará el sentido de los silencios tan prolongados y la aparente "nada" dentro de la narrativa.

Paz para nosotros en nuestros sueños, Sharunas Bartas, Lituania-Francia-Rusia, 2015, 107 min. Con: Sharunas Bartas, Lora Kmieliauskait, Ina Marija Bartait, et. al.

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