Por: Manuel Hernández-Samperio.
La soledad puede llevar a las personas a un sinfín de situaciones y a tomar decisiones de las que podrían arrepentirse después, desde estar con alguien que no los trate bien hasta desarrollar su lado suicida en intentar a toda costa encontrarse con la muerte. Justo en este ambiente suicida es que encontramos a Amor por sorpresa, la más reciente cinta del director holandés Mike Van Diem.
Jacob es el heredero de una familia real y por lo tanto, al morir su madre, se convierte en el poseedor de una gran fortuna, sin embargo, no es feliz, un suceso de su infancia le ha dejado como consecuencia la incapacidad de experimentar sensación alguna, razón que lo lleva a buscar una solución en el suicidio, pero al intentarlo nada sale bien y casi por casualidad encuentra ayuda en una agencia funeraria en donde firmará un contrato para poder darle fin a su existencia.
El mismo día se da cuenta de que no es el único que piensa como él pues casi por casualidad conoce a Anne, una mujer que está convencida de que lo mejor para ella es tomar la misma decisión que Jacob. Al paso de los días la curiosidad por saber si el otro está bien o... ya no está, los lleva a concertar una cita, rompiendo una de las reglas del contrato firmado que prohibe la interacción entre clientes, llevándolos a desafiar los peligros que esto pueda implicar y enfrentar, juntos, los problemas que vendrán.
Amor por sorpresa es una comedia que nos presenta un guión bastante inteligente que enmarca una historia que, pese a tener pasajes "clichés", cuenta con una serie de giros que logran mantener la atención del espectador en ella y que la vuelven interesante. Para empezar debe señalarse la carga de humor negro, con alusiones a la muerte y a distintos comportamientos del ser humano cuando se relaciona (o intenta relacionarse) con los demás.
Las actuaciones son otro aspecto a señalar; Jacob, encarnado por Jeroen Van Koningsbrugge, es un tipo bien desarrollado psicológicamente: hermitaño, insensible, distraído y hasta un poco raro, que conforme conoce a Anne va viviendo nuevas experiencias difíciles de entender, esta evolución es bien reflejada por el actor con un estilo sobrio que causa más gracia Anne (Georgina Verbaan), se muestra como una mujer inocente y delicada pero guarda algunos secretos y actitudes que evocarán a las cintas de acción aportando algunos momentos de tensión gracias a una buena interpretación.
La dirección de la cinta es buena, las sucesión de los planos es acertada aunque no se nota una experimentación con la cámara, el montaje, apoyado con la edición alcanza buen ritmo, dándole un dinamismo que se complementa con las continuas acciones propuestas por el guión.
Las historias que se cuentan paralelas a la principal son un buen complemento, pues sirven como apoyo o motivador de las acciones que se realizan y explican el comportamiento de los personajes protagonistas, generan algunas reflexiones respecto a la vida y hasta cierto punto un descanso a los momentos turbulentos.
En general Amor por sorpresa propone una historia que muy probablemente los espectadores podrán inferir hacia donde se dirije, sin embargo, lo interesante lo lleva en la forma en que llega hacia ese final, llevando consigo las reflexiones y percepciones que todos los seres humanos tenemos de los problemas que nos presenta la vida que, aunque no optemos por el suicidio, seguramente en algún hemos tenido que solucionar.
Amor por sorpresa de Mike Van Diem, Alemania-Irlanda-Bélgica, 2015, 101 min. Con: Jeroen Van Koningsbrugge, Georgina Verbaan, Henry Goodman, et. al.
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