lunes, 9 de mayo de 2016

Asesinatos y la sociedad del miedo. Máte-me por favor.

Kill Me Please
Por: Manuel Hernández-Samperio.

Los asesinos son un tema recurrente y cuando se realiza un buen tratamiento de ellos, convierte a las cintas en historias fascinantes que perduran o trascienden al paso del tiempo. Cuando a ello se le agrega la característica de que los asesinos son seriales y provocan crisis colectivas o desencadenan averiguaciones o persecuciones épicas desembocan en thrillers más que interesantes.

Máte-me por favor de Anita Rocha da Silveira es una historia que retoma esta temática para presentarla de una forma un poco ortodoxa. En Barra de Tijuca, una localidad de Rio de Janeiro, sucede un asesinato que desencadenará una serie de eventos que comenzarán a aterrar a los habitantes. Entre ellos se encuentra Bia, una adolescente de quince años, procedente de una familia con algunos problemas en casa.

Cuando Bia se enfrente con la muerte, comenzará a experimentar una serie de procesos introspectivos con la finalidad de ayudarse a sobrellevar ese momento traumático que ha comenzado a cambiar la forma en que se relaciona con el mundo.

La película es una propuesta interesante, pues le da un giro a las películas que retoman la temática de los asesinos seriales. En esta ocasión no hay un detective o un asesino protagonista, al contrario, se centra en la sociedad que empieza a sufrir los estragos y a revelar el miedo que se siente al caminar por las calles cuando se está solo.
La historia no es un thriller, aunque los asesinatos están permanentemente como una sombra que aqueja y retumba en la psicología de los personajes. Se encamina más a un drama en donde una niña afronta en un principio, cierta atracción por el asesino, pues cree empezar a conocerlo a través de analizar el móvil de sus hechos, sin embargo, gracias a un suceso traumatizante, se da un giro para ponerla de frente a sus miedos y preocupaciones que dicho sea de paso, se generaliza a toda su generación, entre los que puede nombrarse el despertar sexual y las pulsiones derivadas de éste. La constante presencia de la religión contrasta con la tensión de manera genial.

Además de estas especificaciones en la narrativa, la película tiene otros aspectos destacables, el primero de ellos es la fotografía, que en diversos momentos hace lucir las acciones, se hace notar desde la primera escena, en donde hay un asesinato excelentemente fotografiado, y acompañado con un buen manejo de cámara y buen ritmo en la edición. Estos factores se van confirmando a lo largo de la cinta con la inclusión y experimentación de la luz y la cámara lenta.

A lo anterior se le debe agregar que en algunas ocasiones los personajes parecen hablarle a la cámara, haciendo al espectador en partícipe de la historia, pues en algunas ocasiones le confiesan algunas cosas. Aunado a eso las actuaciones tambiñen son interesantes, sobre todo la del personaje principal interpretado por Valentina Herszage.
La música empleada también se vuelve interesante, en muchas ocasiones es del género electrónico que da pie el experimento con la luz y en otras ocasiones rompe con el ritmo que lleva, sin caer en el entorpecimiento de la trama, sino a manera de cierre o descanso.

Máte-me por favor, es una propuesta del cine latinoamericano que con una historia que parece  muy local, hace una reflexión de la sociedad del miedo desarrollada en distintos puntos del mundo de la cual muchas veces formamos parte sin darnos cuenta, es en ese miedo y en las sensaciones internas en donde tiene su fuerza.

Máteme por favor de Anita Rocha da Silveira, Brasil-Argentina, 2015, 101 min. Con: Valentina Herszage, Mari Olveira, Júlia Roliz. 


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