lunes, 25 de abril de 2016

Perpetuar no sólo la vida, también las creencias. Life after life.

枝繁叶茂 Zhī fán yè mào (Life after Life) by Zhang Hanyi. #Berlinale Forum. Poster.:
Por: Manuel Hernández-Samperio.

La vida después de la muerte es una temática que ha sido inherente al filosofar del hombre desde hace varios miles de añosHa sido también la premisa fundamental para que algunas religiones se sustenten y mantengan cautivos a sus creyentes: algunas atribuyendo todo el peso al alma, otras a una posible reencarnación. El cine no es ajeno a esta situación, y en muchas ocasiones se alimentan de los relatos populares, leyendas, religiones o premisas filosóficas para crear historias, como el caso de Life after life (Vida después de la vida), ópera prima del director chino Zhang Hanyi. 


Esta historia nos presenta a Xiunying, una mujer perteneciente a una comunidad de la provincia china que ha muerto hace tiempo, dada la baja tasa de mortalidad del pueblo aprovecha la primera oportunidad que tiene para regresar a la tierra, tomando para ello, posesión de cuerpo de su hijo.

De esta forma logra llevar hasta quien fuera su marido en vida, el mensaje de que quiere mover un árbol del patio de la casa en donde solían habitar. El tiempo que tiene para realizar esta tarea es poco, pues tiene que regresar a la que será su siguiente vida, enigma que aún debe descifrar, por lo cual deberán darse prisa a lograr su cometido.

El filme nos plantea una mezcla entre lo mágico, la fantasía y la tradición oral china. La principal premisa es la del alma que pude materializarse de nuevo. Con algunas condiciones, entre las que necesitan que haya un muerto cerca del lugar donde regresará.  Sin embargo, se incluyen algunas ideas más que provienen claramente de la tradición oral, una de ellas es la sabiduría que guardan los árboles cobre las personas que los rodean y sobre las futuras vidas que tendrán.
La aldea a la que pertenece, rica en este tipo de creencias, en algún momento tendrán un choque con la modernización, sutilmente se nos deja ver que algunas ciudades están comenzando a construirse alrededor, y que podrían llevarse en su crecimiento, toda la tradición con la que cuentan.

El ritmo planteado por la película es lento, basada en planos largos, en su mayoría con una cámara fija y cuando los movimientos son necesarios son sutiles, algunos otros terminan dando lugar a planos secuencia. La fotografía está bien diseñada, con una iluminación fría donde predomina el blanco y en su mayoría es natural, apoyándose en algunas ocasiones para este cometido en la neblina.

Las escenografías reflejan lugares abiertos, que dan la impresión de ser poco habitados o hasta desolados, que acaso vienen a fortalecer la idea de que se está hablando de la muerte, los árboles secos son muestra de ello. Los diálogos son escasos, priorizando la acción y en ocasiones acompañando el ritmo de la puesta donde, como ya se dijo, abundan los planos lentos.
En general, Life after life, es una película que combina las creencias de las villas chinas que si se la ve de manera global, puede tener ciertos paralelismos con otras culturas que creen también en este tipo de sucesos, deviene en una historia de poseídos que no tiene nada que ver con el terror y por el contrario es un retrato del legado cultural que por generaciones ha sido transmitido a los más jóvenes.

Life after life de Zhang Hanyi, China, 2016, 80 min. Con: Zhang Li, Zhang Mingjun, Wang Jishan, et. al. 


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