Buscar una nueva vida, aún teniendo Sueños sin rumbo.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

Las cárceles, al menos en América Latina, se han convertido en lugares en donde mas allá de fungir como readaptadores a la sociedad terminan por ser un centro en donde hay una lucha por ser el más fuerte, por controlar no sólo las jerarquías dentro de esos lugares sino también siguen operando hacia afuera, son pocos los lugares en donde realmente se trabaja para que los convictos puedan rehacer su vida cuando salgan de ahí.

Sueños sin rumbo nos sitúa en una cárcel para niñas en Irán, lugar al que llegan por diferentes motivos, la vida que encuentran ahí parece ser más tranquila que tenían cuando estaban fuera, al menos así es como lo va demostrando cada uno de los testimonios de las reclusas.

Entre juegos, risas, tristezas y hasta momentos religiosos se nos presenta un documental en donde podemos ver que se hace un esfuerzo para que las niñas que llegan intenten reconstruir su vida.

El documental nos va llevando de la mano para introducirnos a este centro de readaptación, la primera escena nos presenta un grupo de chicas que se divierte jugando con la nieve, para posteriormente, entrar de lleno a la trama de la cinta a través del testimonio de una recién llegada, es así copmo poco a poco vamos conociendo las circunstancias en las que llegó y, lo que es más impactante, el contexto en el que vivía y la relación que tenía con su familia.

Ya dentro del lugar el documentalista nos presenta las diferentes historias a través de los testimonios en primera persona y el espectador se dará cuenta de que todas tienen factores en común que las llevaron a tomar las decisiones por las que ahora pagan una condena.

La técnica empleada en el documental nos lleva a sentirnos parte de la historia, todo se desarrolla dentro de la cárcel, lo cual invita a ser parte de uno más de los habitantes del lugar, aunque por momentos se escucha la participación del director, lo cual habla de la familiarización que tuvieron las niñas, recordando el estilo de Cinema Verité, en donde se juega como un actor más.

Gracias a esta irrupción dentro de una cárcel, podemos darnos una idea de cómo es la sociedad que habita fuera de ella, pero también se refleja que las mujeres comienzan a cuestionar su papel dentro de la misma y el que les da la religión, la sesión de preguntas con el sacerdote sirve de ejemplo para ello.

Sueños sin rumbo es una película que toca una temática interesante, si bien sabemos que en Irán no se puede reflejar el realismo sórdido en el cine, en este esfuerzo que en apariencia deja bien parado al sistema de cárceles de ese país, nos damos cuenta de que el realismo está en cada uno de los testimonios, que es una sociedad radical, pero también a partir de ellos se invita a reflexionar si su sociedad es muy diferente a las demás, pues sufren problemas que no son exclusivos de ese lugar y que si lo pensamos pueden ser muy parecidos a los que vivimos en Occidente.

Sueños sin rumbo de Mehrdad Oskouei, Irán, 2016, 76 min.