viernes, 1 de abril de 2016

Amor y esfuerzo para dejar un legado. El patio de mi casa.

Por: Manuel Hernández-Samperio


Usualmente las malas noticias inundan los espacios estelares de la televisión, la radio, internet. Muy pocas veces volteamos a ver el trabajo filantrópico que realizan muchas personas que están dispuestas a luchar por un mundo y una sociedad un poco mejor que la que tenemos y de heredar a generaciones venideras un lugar digno para vivir, enseñando, educando y compartiendo conocimientos y experiencias de vida. El patio de mi casa retoma algunas de esas historias y nos muestra la lucha de dos personas por dejar un legado que se perpetue más allá de su existencia.

Tomando a sus padres como protagonistas, Carlos Hagerman nos presenta un retrato de su familia, sin sumergirse en su familia, lejos de eso, nos muestra las personalidades de dos personas que están dedicadas, gracias a su posición social, a ayudar a la gente que muchas veces no tiene recursos para acceder a mejores oportunidades de vida o a grupos que han sido históricamente marginados. Así es como conocemos a Óscar, un arquitecto veterano y su esposa Doris maestra de profesión.

El documental nos adentra, de manera muy general a lo que ha sido el pasado, pero sobre todo se nos muestra el trabajo que han hecho en la actualidad y algunos proyectos que tienen en mente para ayudar a más gente, en este momento aparecerán las historias de Enedino e Isabel, quienes se apuntan como los herederos de las acciones de Óscar y Doris.

La película arranca desde las reflexiones por parte del director sobre cómo prepararse ante la muerte y cómo ha sido la vida en una de las casas que su padre ha construido a lo largo de su carrera, gracias a esta introducción es posible que, como espectadores, nos situemos en una situación más reflexiva sobre el paso de la vida y las acciones que realiza cada persona para perpetuar su estancia en la tierra en lugar de hacernos un resumen de la familia a lo largo de los años (aunque se debe mencionar  la ocupación de material de archivo).
El patio de mi casa
El director ha logrado alcanzar un estilo, pues hay momentos de la puesta en imagen que recuerdan a sus anteriores trabajos: Los que se quedan y Vuelve a la vida. Este estilo, permite saber, para quienes han seguido su carrera, el tono que llevará el documental, basado principalmente en el uso de entrevistas, momentos espontáneos, mientras en el ámbito visual, se presentan imágenes que ilustran lo que se está hablando.

La película tiene el objetivo de mostrar el trabajo realizado por Óscar y Dora, lo cual es un tema interesante, sin embargo, se le puede cuestionar al director el no haber profundizado un poco más en otras temáticas que saltan a la vista; si bien, se infiere que su trabajo  es necesario debido a las cada vez más profundas diferencias y desigualdades que atraviesa México, bien pudo haber profundizado un poco en algunas temáticas que rodean o se derivan de estas desigualdades, sirva de ejemplo el racismo (o marginación) que sufren algunos estudiantes becados en escuelas de paga, o las prácticas "conservadoras" en donde las mujeres no pueden ir a estudiar. Es cierto, ese no es el fin de la película, pero desde el punto de vista de quien esto escribe, habrían sido algunos destellos que habrían nutrido de realidad a la cinta y que le hubieran dado más matices a la misma. Hay momentos en que se refleja la vida como la suma de un cúmulo de acciones positivas y no se da espacio para ver cómo es que las personas combaten los momentos adversos.
El patio de mi casa, en conclusión, propone una historia de amor: por la vida, por la gente, por la pareja y por la familia. Es una película alentadora en los tiempos en que parece que nada está bien, que nos demuestra, que siempre hay alguien que intenta crear oportunidades para un tener un mundo un poquito más igual.

El patio de mi casa de Carlos Hagerman, México, 2015, 90 min. Con: Óscar Hagerman, María Dora Ruiz Galindo, Enedino Díaz, Isabel Hernández, et. al. 


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