jueves, 17 de marzo de 2016

Lo bello de lo irracional. La Langosta.

Por: Manuel Hernández.

Las historias en donde se presenta a una humanidad que se ha ido al carajo y una ideología (extrema por lo regular) se ha erigido para someter a la mayoría población han sido frecuentes, acaso la más reciente fue Mad Max de George Miller. Este tipo de distopías, suelen caracterizarse por tener un aire por demás pesimista y sin embargo, La Langosta de Yorgos Lanthimos viene a presentar una propuesta un tanto distinta.


Sin duda la primera escena puede revelar tanto como esconderlo todo acerca de la premisa principal: una mujer maneja por el campo y al encontrarse con un burro lo asesina, lo ilógico de esta acción presenta el tono de lo que será la historia, que justamente en esa "irracionalidad" es en donde guarda toda la sustancia que la hace interesanteTras esta peculiar presentacion entramos de lleno a las acciones, en donde David es abandonado por su esposa e inmediatamente es reclutado para ser enviado a una especie de hotel en donde le dan un plazo de 45 días para conseguir una nueva pareja o de lo contrario será transformado en el animal de su elección, no hay spoiler si el lector deduce por el título de la película, cuál sería ésta.

El tiempo se consume sin que David pueda conocer a una mujer ideal (¿acaso es fácil encontrar a alguien cuando se tiene roto el corazón?)Paralelamante se nos presentean las "cacerías" que hacen los huéspedes del hotel para ganar más días como humanos, las víctimas son todos los rebeldes que se reusan a tener pareja y viven escondidos en los bosques, su ideología, por cierto, es igual o más radical que la que impera. Es entonces cuando David se da cuenta de que tiene dos opciones, inventarse un romance como lo ha hecho uno de sus amigos o intentar escapar y ser un fugitivo. Sus decisiones lo llevarán por un camino en donde lo que vemos es quizá lo más parecido al amor que un mundo raro (valga el préstamo de la expresión de José Alfredo Jiménez) puede experimentar.
La cinta de Yorgos Lanthimos está planteada sobre un guión intenso, que va cambiando tonalidades dramáticas y que de alguna manera presenta subidas y bajadas conforme se va alargando la historia del protagonista, es cierto que hay un momento en que la trama parece no ir a ningún lado, pero todo trabaja para llevarnos sutilmente al final, q dicho sea de paso desconcierta por la apertura que plantea al espectador.

El sarcasmo y humor negro empleado es un elemento q termina de complementar el guión, hay una buena carga de crítica a las sociedades actuales en muchos de los diálogos y las acciones (la visión reduccionista del adoctrinamiento sobre la necesidad de una pareja es un buen ejemplo de ello).

Las actuaciones son destacables, pues complementan de manera óptima la elaboración de cada una de las psicologías, el ritmo semilento cierra los elementos que hacen de los personajes seres plagados de melancolía y cierta indiferencia.
Curiosamente, a pesar de plantear una situación un tanto "apocalíptica" no se emplea una ambientación que trate de hacer referencia a un futuro donde todo es inhóspito, al contrario, se emplean los bosques y pastizales, ciudades y campo del Reino Unido, sacándole el mayor provecho a los paisajes que por sí mismos se erigen como parte de un ambiente desolador, y puede dar la impresión de que no estamos muy lejos de algo así. los vestuarios, basados en uniformes ayudan a la creación de atmósferas pero también dan sentido a una humanidad que se encuentra uniformizada por las maneras de pensar (acaso una metáfora de la pérdida de identidad).

La irracionalidad presentada en la película es precisamente lo que le da vida a la misma, las situaciones planteadas, si bien rayan en lo impensable, tienen muchos tintes de realidad, lo que lo hace más tenso y hasta repulsivo, La Langosta es una película que encuentra belleza gracias a los extremos sentimentales que puede tener el ser humano.

La Langosta de Yorgos Lanthimos, Irlanda-Reino Unido-Gracia-Países Bajos-Estados Unidos, 2015, 118 min. Con: Colin Farrell, Rachel Weisz, Lea Seydoux, et. al. 



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