Por: Manuel Hernández.
Tomando como pretexto un viaje que realizó con su esposa a Argentina, Ivan Gergolet comenzó a trabajar sobre este proyecto fílmico al darse cuenta de que frente a él tenía a un personaje interesante. De esta forma nos plantea un película que nso demuestra cómo es que las técnicas de la danza pueden ser para todos y no solamente para quienes desean realizar una carrera en esta disciplina.
El documental nos sitúa en Buenos Aires, lugar en donde María Fux tiene su estudio y en donde se dedica a dar sesiones de danza-terapia. A lo largo del filme se va explicando al espectador cómo ha sido su método, la forma en que se dio cuenta de que podía "democratizar" la danza y utilizarla como ayuda para las personas que tiene alguna discapacidad o el público en general que la busca más como recreación que como una carrera.
El documental trabaja como un retrato bastante íntimo de las clases impartidas y va adentrando al espectador en la manera de pensar de la protagonista, cautiva no necesariamente por las cuestiones estéticas sino por lo que sucede dentro de cada escena, las historias que se van desenvolviendo delante de la cámara. Retoma personajes interesantes que terminan por caerle bien al espectador.
El montaje da la sensación de que muchas de las escenas fueron planeadas o coreografiadas para la película, sin embargo, sorprende escuchar del propio director que por la naturaleza de la protagonista todo lo que aparece a cuadro contó con la fortuna de haber sido capturado, pues nunca pudieron convencer a maría para que repitiera alguna acción.
La música que en buena medida acompaña al arte de bailar está muy bien diseñada, cabe destacar que, aunque diera esa impresión, no es diégetica, sino que fue realizada especialmente para la película y fue montada durante el momento de la edición, es muy buena, está bien utilizada y acompaña en buena medida los ejercicios que uno ve a cuadro. Además el diseño sonoro, junto a María, nos muestra que es posible bailar con/en absoluto silencio.
Hay un buen montaje, la suseción de escenas está bien elegida y ayuda a darle ritmo y como consecuencia hace dinámica la historia. La introducción de los créditos iniciales es creativa y de alguna manera le hace justicia al pasado de la protagonista, tema que casi no se toca a lo largo de la cinta, pero que en realidad pasa a segundo término cuando nos damos cuenta de que lo que importa es el momento que están viviendo.
La última secuencia, que bien puede fungir como una toma subjetiva, es linda y de alguna manera refleja el legado que ha dejado María Fux al mundo de la danza . Y a pesar de que la fotografía y algunos otros asuntos técnicos no toman gran relevancia, el documental es una buena muestra y el reflejo de que cuando las cosas se hacen de manera apasionada pueden llegar a trascender el tiempo y el espacio.
Danzar con María de Ivan Gergolet, Italia-Eslovenia-Argentina, 2014, 75 min. Con María Fux, Martina Serban, et. al.
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