miércoles, 16 de septiembre de 2015

La Tierra y La Sombra, el lento camino a la muerte.

Por: Manuel Hernández Samperio

¿Somos víctimas de un sistema que se adueña de nuestras tierras y después nos obliga a trabajar en ellas para poder sobrevivir? Ésta es una de las premisas principales del filme La Tierra y La Sombra, ópera prima de César Augusto Acevedo, colombiano acreedor de la Palma de Oro, en el último festival de Cannes.
Resultado de imagen para la tierra y la sombraLa historia nos plantea una familia semi-desmembrada, con hombre confinado al encierro provocado por una enfermedad que le afecta en los pulmones. Su esposa y su madre están obligadas a trabajar en los cañaverales que rodean la casa, para intentar curarle la enfermedad que lo mata lentamente. Su padre, ausente los últimos diez años regresa y obliga a la familia entera a adaptarse de nuevo a su presencia. El hijo del enfermo, con siete años, no logra entender todo lo que pasa alrededor suyo.
Es así como estas cinco historias se van entrelazando dentro de un escenario devastador: una casa rodeada de kilómetros de sembradíos de caña en donde la gente ya no habita, la madre es una de las pocas personas que se han opuesto a dejar su propiedad. Esta situación viene a agregarle soledad a una historia que de antemano parece fatal.

Con un ritmo lento que confluye con la forma en que se va apagando la vida del enfermo, Acevedo nos narra una historia de tantas que ocurren en terrenos tercermundistas, en donde las personas originarias se ven obligadas a desplazarse para encontrar una vida mejor, dejando en los que se quedan el dilema de defender las pertenencias y aceptar cualquier trabajo explotador.

El sonido le da gran importancia a los ambientes que rodean el lugar y logran poner al espectador dentro de la historia. La fotografía, por su parte es un tanto sombría, reflejando el pesimismo que envuelve la historia, ayudando a que por momentos el espectador experimente cierta desesperación por el estado de las situaciones.

El guión, que como dato adicional tardó cerca de diez años en ser terminado, plantea diversas situaciones, que aunque desarrolladas en un entorno campirano, bien pueden llevarse a la situación de las grandes ciudades y coincidir en buena medida, como ejemplo, un paro realizado por los trabajadores.

Las actuaciones son buenas en general, destacando que algunos de ellos no son actores profesionales, aunque también hay que destacar que por momentos esta situación es evidente, sobre todo en el personaje de la madre.


En general La Tierra y La Sombra es un reflejo y una reflexión hacia la situación diaria de toda Latinoamérica con una mirada intensa e interesante hacia las relaciones familiares y la manera en que una enfermedad puede poner de cabeza la situación en una casa.

La Tierra y La Sombra de César Augusto Acevedo, Colombia, Colombia, Francia, Holanda, Chile y Brasil, 2015, 97 min. Con José Felipe Cárdenas, Haimer Leal, Hilda Ruiz, et. al. 


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