jueves, 28 de diciembre de 2017

Historia de fantasmas. El tiempo y las obsesiones humanas.

Por: Masiel Rico landa.

El paso del tiempo siempre ha sido una obsesión en la vida del ser humano, de igual forma lo ha sido el garantizar la perpetuidad de nuestro ser en la memoria de otros. En un contexto donde los fantasmas salen de su ambiente “natural” de terror, David Lowery nos ofrece su reflexión sobre estos temas a través de su Historia de Fantasmas.


Una joven pareja es separada por un accidente inesperado donde él (Casey Affleck) pierde la vida, entra a un plano inmaterial donde convertido en un fantasma se aferra a permanecer en el mundo terrenal, confrontando a toda costa el olvido de sus seres queridos; por su parte, su esposa (Rooney Mara) se ve obligada a lidiar con la tristeza de su pérdida y la soledad que conlleva, para después dar paso a un protagonista mayor: el paso del tiempo como curador de las heridas. 


Antes de guiarse por un título que puede confundir a más de uno, es primordial aclarar que el filme transita más por el género del drama que cualquier otro; a pesar de contar con un par de escenas con tintes de terror (muy bien logradas en general), la trama principal se enfoca en una reflexión más profunda que más allá de la muerte y ‘el otro mundo’, retoma temáticas como el olvido, las pérdida, el duelo, el paso del tiempo y la relevancia misma de nuestra existencia como especie. 


La excelente fotografía dirigida por Andrew Droz Palermo llega a un punto sumamente artístico en el
que los movimientos de la cámara y el manejo de la luz se encargan de un gran aprovechamiento del paisaje y las diversas locaciones, ofreciendo al espectador distintos panoramas y al mismo tiempo muestran los cambios que atraviesan la historia y sus personajes. Es así como también el juego con los colores, las tonalidades, el escenario y los personajes mismos, son esenciales para reflejar el avance del tiempo y el cambio de épocas. 


Por su parte, la amplia ‘oscuridad’ que se presencia en los interiores crea un estilo visual peculiar que bien podría tener influencia directa del terror gótico y cintas como Drácula (Bela Lugosi, 1931) o Nosferatu (Klaus Kinski, 1979), y que es utilizado para transmitir emociones intensas como el miedo o la tristeza. 


La representación de los espectros también es un elemento que resalta, pues apoya la construcción de una narrativa que a pesar de tener como protagonista a un fantasma, se aleja por completo del terror y por el contrario Lowery acerca más hacia los instintos básicos o primarios del ser humano,  e incluso aporta un toque inocente y probablemente inesperado. 


Las constantes tomas largas crean un remarcado ritmo lento durante todo el filme, en ocasiones con escenas amplias en las que presenciamos actividades cotidianas, como a la pareja recostada besándose o a la mujer sacando una maleta de su casa, en algunas otras, acciones que tienen la evidente finalidad de mostrarnos las emociones y los momentos por los que atraviesan los personajes, mientras otras tantas son meramente observacionales, todo ello consigue que la corta duración de la cinta, de apenas 94 minutos, parezca de a ratos un tanto más amplia, convirtiéndose en un elemento riesgoso para mantener la atención del espectador. 


El montaje y la edición por su parte, son aspectos logrados con mucho éxito por el director, pues juegan muy bien con el avance del tiempo, que es un elemento crucial para la historia misma. Consigue mostrarnos de forma estética tanto el progreso de los días como el pasar de las épocas y los personajes que habitan y han habitado la casa del fantasma. 


En este punto llegamos a la narrativa circular tan peculiar y efectivamente explotada en la cinta,
donde una vez más se retoma el tema del olvido y lo efímero de la memoria, se presenta de forma visual al tener al protagonista mirándose a sí mismo y reconociéndose, en acciones que ya han sucedido. Este recurso aparece de forma inesperada hacia el desenlace por lo que también logra desorientar al espectador y ponerlo ante la reflexión, una vez más, de las temáticas que le ha planteado y busca darle un (re)significado a lo que presenta. 

Es así como Historia de Fantasmas junto a todos sus elementos contrastantes y artísticos, nos ofrece una búsqueda de reflexión sobre lo efímero, la cotidianidad, nuestra existencia y la obsesión por permanecer en este mundo, e incluso, en sí misma, sobre el progreso inacabable del tiempo, abriéndose grandes posibilidades de convertirse en un filme de culto que impacte en una amplia audiencia o que al menos logre permanecer en la mente de sus fieles seguidores.

Historia de Fantasmas, David Lowery, Estados Unidos, 2017, 94 min: Con Casey Affleck, Mara Rooney, et. al.


1 comentario:

  1. MONTAJE es el término francés que equivale a edición. Saludos y feliz 2018.

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