viernes, 1 de diciembre de 2017

Escala suicida. Suspenso en el aire.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

El mundo y las diversas sociedades que lo componen se mueven y evolucionan de manera convulsa, en muchas ocasiones la línea entre el bien y el mal y tomar la decisión de hacerlo podr{ia derivar en experiencias totalmente impensables. Escala suicida del ruso Nikolai Lebedev nos cuenta una historia a partir de este dilema y lo hace acompañado de mucha acción.

Alexei Gushchin (Danila Kozlovsky) es un piloto militar que ha sido expulsado por desobedecer una orden. Obligado a buscar trabajo en una aerolínea comercial, tendrá que soportar ser tratado como aprendiz del experimentado piloto Leonid Zinchenko, un hombre duro que, a diferencia de Alexei, interpone las reglas como el principal eje rector de su vida.

Al mismo tiempo es atraído por Alexandra, una piloto con la que comienza una relación. Tras un altercado en un viaje, en donde Alexei una vez más rompe las reglas, la tripulación queda al borde de perder su trabajo. En un intento de la aerolínea por mantenerlos los enviarán alrededor del mundo. En este momento se les abrirá la oportunidad de ayudar en un desastre natural, sin embargo, las cosas podrían no salir de la mejor manera.

La cinta rusa nos pone de lleno con una historia en donde la disyuntiva por hacer el bien, o no, llevará
a los personajes a situaciones extremas en donde dos cosas serán indispensables para poder salir adelante: el trabajo en equipo y la capacidad de cada uno para realizar su trabajo.

Si la cinta hubiera buscado explotar y reflexionar sobre la disyuntiva que implica el bien y el mal, habría encontrado un eje que la guiara y probablemente no habría encontrado tantos desvíos a lo largo de la trama, nos explicamos, la cinta plantea una historia en donde un hombre es incapaz de seguir las reglas pero que al mismo tiempo busca hacer lo que él considera el bien, una vez que eso queda claro comienza a perderse gracias a que busca que la trama se torne llena de suspenso y acción.

El guión, debido a lo anterior, cae en algunas obviedades para dejar clara la psicología del personaje principal, pero además, provoca que la historia se vaya diluyendo gracias a la sucesión de una
tragedia tras otra en aras de buscar hacer más dramática la historia, llevando a la inverosimilitud y por lo mismo al cansancio del espectador, quien no ha terminado de digerir una dificultad, cuando aparece la siguiente.

A pesar de esta situación, la cinta cuenta con algunos elementos que buscan salvar la trama, el primero de ellos son las actuaciones, las cuales todo el tiempo van acordes a las necesidades de la trama y que en todo momentos se mantienen al mismo nivel.

El segundo punto y que es bastante destacable es el uso de los efectos especiales, los cuales están muy bien diseñados, que dotan de bastante realismo a cada una de las acciones en donde son requeridos y que, dicho sea de paso, nunca se ven falsos o mecanizados para efectos de la cinta, es probablemente el elemento que más destaca. El resto de elementos juegan y conviven entre sí en aras
de llevar a buen puerto el resto de la trama: música, fotografía, diseño de producción, etc.

Escala suicida es un filme que propone poco en cuestión de trama, mencionando además que se vuelve muy predecible gracias a la gran cantidad de cintas que continuamente llegan con tramas parecidas y que se alarga innecesariamente. Sin embargo, la cinta tiene buenos momentos de tensión (a veces quizá exagerados) que mantienen al espectador a la espera de lo que sigue en la trama. El mayor aporte en el muy buen uso de los efectos especiales que eleva el nivel de lo visual a la película. Cumple con el objetivo de entretener transportando por dos horas al espectador a una aventura al otro lado del mundo.

Escala suicida, Nikolai Lebedev, Rusia, 2016, 128 min. Con: Danila Kozlomvsky, Vladimir Mashkov, Agne Grudyte, et. al.


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