Por: Manuel Hernández-Samperio.
Los conceptos de amor y sexualidad, han estado bastante
ligados entre sí, en su mayoría por las leyes morales. Es gracias a ello que
hablar del acto sexual en muchas ocasiones se convierte en tabú y en ocasiones
hasta prohibido. Sin embargo, desde mediados del siglo anterior, en algunas
sociedades estas prohibiciones han sido cuestionadas, dándole al tema un giro
de 180º y en donde las personas experimentan con su sexualidad a edades cada
vez más tempranas. Bang Gang de Eva Husson, retoma una historia acaecida en la
vida real para exponernos este punto.
Situada en un contexto semi urbano en Biarritz, Francia, encontramos
que un grupo de adolescentes, comandado por Alex y Nikita comienza a explorar
por las diferentes vertientes de la sexualidad desembocando en algo que ellos
mismos llamarán Bang Gang, lo cual consiste en reuniones en donde el platillo
principal es la mezcla del sexo con las drogas.
Es en estas reuniones en donde ellos encuentran un respiro
de la rutina que supone la escuela y del tedio de sus hogares, hasta que una
situación casi fortuita los lleve a un final que seguramente ninguno de ellos
habría esperado.
El filme de Husson no pone de lleno frente a una juventud
francesa que muestra hastío hacia la vida
diaria y que está en permanente
búsqueda de nuevas experiencias. Una juventud que se encuentra harta de la rutina
en sus actividades escolares y que ya no está dispuesta a seguir con las reglas
que le imponen sus mayores. Pero al mismo tiempo nos enteramos, a través de las
noticias, del contexto que rodea a estos jóvenes, en donde impera la violencia
y rodea la muerte.
Sin embargo, el guión de la cinta se enfrenta al problema de
avanzar poco y repetirse mucho, es decir, una vez que nos ha planteado a los
personajes y su situación comienzan a estancarse en el desarrollo de los mismos
y simplemente se nos repite en reiteradas ocasiones la misma situación, de
hecho el único “desarrollo” que experimentan se da con una elipsis temporal que
implica un salto considerable.
La música, que deviene en una banda sonora bastante intensa
e interesante, que acompaña en buena forma las acciones que vemos a cuadro,
tiene un papel interesante, pues no sólo ayuda como ilustrador, sino también
para acompañar a los personajes en diferentes momentos, utilizada a veces como
un método de aislamiento, pero al mismo tiempo como sublimador de lo que les
sucede o como el anuncio de algún desastre.
La fotografía es otro de los elementos a destacar, pues
apoya a las acciones mediante la creación de atmósferas, gracias a que tiende a los colores cálidos, lo cual a su vez genera cierta
intimidad que se apoya también en los leves movimientos de la cámara que en más
de una ocasión nos incita a pasearnos por las reuniones de los jóvenes y que
nos pone entre ellos, como el participante
vouyerista.
Bang Gang es una propuesta que se acompaña de buena técnica,
pero que en la cuestión de la narrativa de la historia se enfrenta con algunos
problemas en donde el principal es el pobre desarrollo de cada uno de sus
personajes, dando como resultado una historia que si bien va con la bandera de
haber sido un hecho real, termina por desperdiciar la oportunidad de causar el
suficiente impacto que todos los elementos de los que echa mano (drogas,
juventud y sexualidad) le hubieran dado.
Bang Gang, Eva Husson, Francia, 2016, 98 min. Con: Marilyn Lima, Finnegan Oldfield, Daisy Broom, et. al.
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