Por: Manuel Hernández-Samperio.
A principios de la década de 1910, en entre Colorado, Kansas y Iowa se sucedieron diferentes asesinatos con un movil en común: un hacha. La mayoría de ellos nunca fueron esclarecidos y se llegó a especular sobre la presencia de un asesino en serie que se movía en tren para llegar hasta sus víctimas. Entre todos estos crímenes destacó uno porque entre las victimas se contaban varios menores y que hasta ahora está denominada como la masacre de Villisca, por el lugar en el que sucedió. De aquí parte La maldición de Villisca para contarnos su historia.
Caleb y Denny son un par de amigos que viven en un pueblo cercano a la localidad de Villisca, a ambos les intrigan los temas que tienen que ver con lo sobrenatural y al mismo tiempo alimentan un blog en línea en donde muestran diferentes curiosidades a sus seguidores. Como platillo principal le han prometido a sus seguidores hacer un recorrido por la casa de Villisca, para tal viaje se les une Jess, una joven fuereña que arruina el recorrido y para solucionarlo les propone visitar el lugar por la noche e inspeccionarlo a fondo.
Los tres jóvenes irrumpirán en la mansión despertando espíritus que llevan más de 100 años
rondando el lugar, pero trayend consigo sus propios fantasmas que los han aquejado y que podrían propiciar que la aventura se vuelva fatal.
El filme sigue las características de las películas de terror sobre casas encantadas: el cuidador extraño que espanta a los exploradores, los momentos en donde se recuerda lo que sucedió, objetos que se mueven solos, etc., sin embargo, se tuvo el (des)atino de llevar a escena otras situaciones, que aquejan a cada uno de los personajes y que se mezclarán con la situación inicial, de esta forma tenemos a un par de amigos, cuyos padres se dispararon durante un asalto fallido, una joven que cometió el error de dejarse grabar mientras tenía relaciones sexuales y un par de "bullies" que siempre han sido malos y al parecer, no cambiarán.
Esto no suena a mala idea de no ser porque se las va incluyendo, convenientemente, cada vez que en la trama necesita justificarse algo, o en el peor de los casos, sin un sentido u objetivo
definido. La desafortunada situación desemboca en una mezcla de historias en donde la verosimilitud se pierde en su totalidad gracias a que espíritus que permanecen en el lugar conviven con los recuerdos recientes de las personas y en donde las soluciones y problemas que plantea la presencia de cada uno se desinfla por la co-existencia de otros.
La cinta carece también de cierto ritmo para introducir al espectador en la historia, de un momento a otro ya están en el camino a la casa y sobre la marcha es que se van dando las explicaciones sobre lo que sucede y sucedió.
Las actuaciones son buenas, debe darse el crédito de que fue empleado un casting poco conocido, pero que responde en buena forma a lo planteado y que hace un trabajo digno a pesar de los efectos y de la dirección de cámara que en momentos se ve entorpecida por no saber cómo seguir las acciones. El desenlace, en armonía con el planteamiento de la situación también
se da muy rápido.
La maldición de Villisca tiene, ante todas las cosas que van en su contra, dos características que son resaltables: la primera es fijarse en un hecho que ha sido ignorado, que permanece sin solución y que es poco conocido, la segunda son las buenas interpretaciones que alcanzan sus actores, con todo y la exageración de algunos momentos. Es una cinta que en su esfuerzo por mantener el suspenso va tropezando con el exceso de historias paralelas y que al final le quitan fuerza y verosimilitud a una historia que pudo haber tenido más para dar.
La maldición de Villisca, Tony Valenzuela, Estados Unidos, 2016, 78 min. Con: Robert Adamson, Jarett Sleeper, Alex Frnka, et. al.
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