Por: Manuel Hernández-Samperio.
Jackie Chan ha desarrollado, a partir de mezclar las artes marciales con la comedia, una serie de cintas con las cuales es fácil identificarlo. Una pareja dispareja va en el mismo sentido, tomando algunos elementos que aprendió en el cine de Hollywood y llevándolos hasta el otro lado del mundo, en el continente asiático.
Benie Chan (Jackie Chan) es un policía chino que ha gastado los últimos años persiguiendo a un asesino conocido como El Matador, sus sospechas apuntan infructuosamente a Victor Wong, millonario y sanguinario altruista. Por otro lado Connor Watts (Johnny Knoxville) es un americano especialista en defraudar corporaciones criminales, llega a China para desfalcar a un casino. Al lograr su cometido conoce a Samantha, ahijada de Benie Chan, que trabaja para Wong. Connor es perseguido por una organización rusa y cuando intenta escapar se enemista con la banda de Wong, metiendo en problemas a Samantha, quien buscará ayuda en su padrino.
Benie Chan cree que es la última oportunidad para desenmascarar a El Matador, por lo cual irá tras Connor Watts, en quien encontrará un aliado para buscar realizar su objetivo, no sin antes tener que enfrentarse a la mafia rusa y a los subordinados de la mafia china.
Como lo mencionamos al inicio, Jackie Chan ha logrado encontrar la fórmula que equilibra la comedia con las películas de artes marciales, si bien después de todas las producciones que ha hecho podría sentirse gastada, en esta ocasión la cinta se siente bastante fresca, pues las situaciones que plantea y los giros en la historia la vuelven entretenida (fin principal de este género). La trama tiene varios momentos divertidos, en ocasiones bien justificados y en otras tantos rayando en el absurdo, un momento musical puede ser el más claro ejemplo.
En el aspecto de las actuaciones, Jackie Chan mantiene su nivel, lo vemos como en cada una de sus cintas, pero la edad comienza a cobrarle factura, pues en algunos movimientos se ve lento (sabemos que no suele usar stunts para las escenas de acción), por su parte Johnny Knoxville aporta algunos buenos momentos, está bien metido en su papel de conquistador carismático y en ese aspecto muestra un buen trabajo, sin embargo, es de señalarse que las demandas de la cinta no son muchas, por lo cual no se puede esperar un gran despliegue artístico.
La utilización de los efectos especiales en algunos momentos es muy evidente, sobre todo cuando hay algún movimiento sobrehumano, como las vueltas que se pueden dar en el aire o cuando se atropella a uno de los personajes con una camioneta. En el resto de las situaciones están bien empleados. La escenografía corre la misma suerte, por momentos se ve muy mecanizada, la caída de una serie de casas o el hundimiento de un barco son muestra de ello, quitándole cierta "naturalidad" a las acciones.
Si se juzga a Una pareja dispareja desde el aspecto estético y arttístico se le pueden encontrar varios detalles, pero el objetivo principal de esta cinta es divertir y entretener, objetivo que logra de buena manera, ya que el guión encuentra una buena forma para entrelazar las historias, con buenas dosis de tensión dramática ocasionada por las mafias rusa y china y con la justa medida de comedia a la que nos ha acostumbrado Jackie Chan.
Una pareja dispareja, Renny Harlin, Hong Kong-China-E.U.A, 2016, 107 min. Con: Jackie Chan, Johnny Knoxville, Bingbing Fan, et. al.
No hay comentarios:
Publicar un comentario