martes, 26 de abril de 2016

Sonríe, ¿qué no eres africano? Nakom.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

En pocas ocasiones podemos ver filmes situados en África que tienen como protagonistas a los pobladores de dicho lugar, lo común suelen ser aproximaciones de producciones europeas o estadounidenses en donde se retrata a estas zonas con ciertos retrasos, en donde tribus y la gente en general son extremos en cuanto a sus creencias (recordar que también hay árabes en el norte) o como un lugar exótico al que sólo se va de pasada (incluso CasaBlanca, ubicada en esa ciudad, centra su historia en las tropas en guerra y no en la población africana). Por esta razón se vuelve importante e interesante conocer propuestas en donde se toma por protagonistas a la gente que vive y hace su vida en esos lugares, pues gracias a ello es posible conocer visiones distintas a los reduccionismos de otros países.

Nakom, dirigida por la estadounidense Kelly Daniela Norris, es una historia que se centra en el pueblo que tiene el mismo nombre y se sitúa en el país de Ghana, ubicado al noroeste del continente. Iddrisu es un estudiante de medicina, que debido a la muerte de su padre se ve obligado a regresar a nakom, su pueblo, para participar en los funerales. Su intención es regresar a seguir estudiando, sin embargo, se da cuenta de que la situación de su familia no es la más favorable y decide quedarse un tiempo para ayudarlos a salir de deudas.

Durante todo este tiempo irá (re)conociendo a cada uno de los integrantes de su familia y juntos enfrentarán los problemas que su situación les impone.
La película, segundo largometraje de la directora, tiene la capacidad de llevarnos hasta un pueblo africano en donde poco a poco iremos descubriendo costumbres y formas de vida: desde la manera en que se entierra a los muertos hasta la forma en que se negocia  (muchas veces a través del trueque), es en ese sentido, un retrato de la vida cotidiana de un pueblo que tiene arraigadas muchas de sus costumbres, por ejemplo: en donde los hombres son los encargados de todas las decisiones del hogar, en donde está permitido (gracias al islam) contraer nupcias con más de una mujer.

Pero la película va más allá, de una manera muy sutil introduce en algunas problemáticas que se han vuelto globales con el paso del tiempo, tales como la falta de oportunidades para poder estudiar o el multimencionado cambio climático, que azota a todos los agriculturos que viven de ella en su modalidad de temporal (es decir, esperan a las lluvias).

La música en la película, tiene un papel importante, es utilizada como un apoyo para las elipsis (transiciones en el tiempo, espacio o ambos) pero además es utilizada como un reflejo de la manera de ser de la gente no sólo del pueblo sino del continente entero, en diversas ocasiones dentro de la cinta se refleja el espíritu festivo de la gente.
Si bien la mayor parte del filme se desarrolla en espacios abiertos, utilizando la iluminación natural, se debe mencionar que la  fotografía está bien lograda, hay escenas situadas en la noche que están muy bien logradas. Aunado a ellos se cuenta con buenas actuaciones que en todo momento ayudan al espectador a situarse dentro de la aldea, pues todo se siente muy natural.

Nakom es una sorpresa agradable, tiene la característica de que a pesar de plantear una historia en apariencia "muy local", las problemáticas que aquejan a los pobladores son cada vez más universales, además de crear una interacción entre los personajes que se antoja entrañable. Las decisiones que tomarán cada uno, llevarán a un final que sorprenderá a más de uno.

Nakom de Kelly Daniela Norris, Ghana-Estadosi Unidos, 2016, 90 min. Con: Jacob Ayanaba, Grace Ayarina, Abdul Aziz, et. al. 


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