Visiones. Yo vi al diablo.

Por: Manuel Henrández.

Visiones, alucinaciones, sueños, contactos extranaturales, entre otros recursos han sido utilizados miles de veces en para poder contar una historia de terror, y con ello justificar algunos sucesos paranormales. Si ya todo ha sido dicho una y otra vez, entonces ¿en qué reside que una película de terror tenga éxito o no? Desde nuestro punto de vista es por la forma en que se cuenta y los giros que puede dar la trama para generar más tensión, terror y suspenso.  

Esta cualidad se cumple en Yo vi al Diablo (cuando el espectador sale se preguntará el porqué del título, estamos seguros). Julia (Isla Fisher) sufre un accidente automovilístico, el auto contra el que se impactó llevaba a una mujer y a su bebé. La muerte de éste provoca en Julia estrés postraumático y un sentimiento de culpa, el cual se acrecenta cuando va a tener un bebé. Su esposo, David, preocupado por la situación decide invertir su dinero en un viñedo al cual van a vivir.  

Estando ahí la situación se agrava y Julia comienza a tener algunas alucinaciones y aún cuando no quiere es obligada a tomar medicamentos gracias a lo cual todo parece calmarse, sin embargo, su "sentido maternal"  la llevará a pensar que no es un problema mental.  

La película transita por diferentes características de las cintas de terror: desde las casas embrujadas hasta lo que parece una esquizofrenia y por ende un thriller psicológico y sin embargo, tiene preparada una sorpresa para el final. Si bien la historia en este punto se siente un poco forzada para justificar lo que está sucediendo, sí tiene muchos puntos de conexión que logran que la trama sea redonda y se cierre el círculo que abrió al comienzo.  

Las actuaciones, dentro de lo que son exigidos son buenas, Isla Fisher, hace un buen trabajo, la expresividad, sobre todo de su rostro, es buena y destaca sobre Anson Mount, quien también habrá que decirlo, tiene un papel muy secundario. La aparición de Jim Parsons como médico, parece que termina por confirmar su encasillamiento en ciertos papeles (recordemos al dr. Sheldon Cooper en The Big Bang Theory) y sin embargo, esta participación es muy distinta a la comedia que suele hacer. 

La iluminación es buena, en algunas ocasiones con toda la intención de hacer mayor la tensión lo cual ayuda a generar más suspenso. Lo que se ha vuelto un clásico en este tipo de cine es el provocar sustos a través de ruidos a gran volumen, aquí no es la excepción, aunque, desde nuestro punto de vista, la película tiene momentos en los que la trama por sí misma tiene suspenso y no necesitaría este recurso. 

Yo vi al Diablo es en general una propuesta interesante, si bien con algunos momentos que se siente forzados en el guión, en su mayoría con una buena propuesta que llevará al espectador a no confiar en ninguna de las teorías que se haya ido haciendo conforme avanza la trama. 

Yo vi al diablo de Kevin Greutert, Estados Unidos, 2016, 82 min. Con: Isla Fischer, Anson Mount, Jim Parsons, Eva Longoria, et. al.